La consolidación de las políticas de desarrollo como campo de estudio y profesionalización surge de la convergencia de enfoques disciplinarios y de conformación de áreas de especialización definidas en torno a los procesos de desarrollo económico mundial, de las regiones y los países del mundo.
Este campo se acota por las dos vertientes académicas que conforman este concepto. Por un lado las teorías de desarrollo, en donde se debate sobre sus alcances, utilidad y vigencia; mientras que en la disciplina de las políticas públicas la discusión se centra en las capacidades, racionalidades y orientaciones de las intervenciones del Estado en los distintos órdenes de gobierno.
En ambas vertientes, los debates están permeados por preocupaciones sobre el impacto de los macro procesos de cambio en las relaciones económicas, sociales y políticas. Actualmente su estudio se enfoca hacia temas como la ampliación de libertades, la reducción de las diversas formas de desigualdad, el diseño de soluciones de gobernanza, manejo de recursos compartidos y seguridad. Tanto desde la política pública como desde los estudios de desarrollo hay un creciente interés en la posibilidad que tienen los individuos y las organizaciones de la sociedad civil para participar en el proceso de la política pública y de hacer frente a las transformaciones en sus ámbitos locales de acción producidas por eventos focales o por procesos como la globalización, cambios geopolíticos internacionales, el deterioro ambiental global o las transformaciones tecnológicas y productivas.